domingo, 13 de marzo de 2011

JONAS MOLBECK Y LA UNIVERSALIDAD DE LA MÚSICA


"El viernes, 11 de marzo, tuvimos en clase a un invitado muy especial, Jonas Molbeck. Se trata de un músico, profesor de guitarra en la Escuela de Música de Fuengirola, entre otras cosas, ya que es integrante de la New Orleans Jump Band, es luthier (como demostró con alguno de sus peculiares instrumentos) además de un excelente y divertido comunicador.

Jonás nos habló del lenguaje de la música. Demostró con su guitarra que podía expresar cosas como "chica delgada bonita", "chica rellenita y guapa", "agente secreto", "esto se acaba"... y cualquiera puede entenderlo, en cualquier idioma.

También nos enseñó que el instrumento más completo es el ser humano. Hicimos percusión corporal acompañada de sonidos vocales. ¿Recordáis? Algo así como "sipatapa" pero sin las vocales... al mismo tiempo que golpeábamos con el puño nuestro corazón y hombro.

Nos demostró que un cubo de basura puede convertirse en un estupendo instrumento de percusión como el que tienen en algunas tribus en África para comunicarse de un poblado a otro... Y algunos de vosotros mantuvisteis una conversación animada...

Vimos algunos instrumentos de viento (aerófonos) como la armónica: instrumento simple con el que interpretó conocidas melodías, el helicón: instrumento de sonido similar a la tuba ¡del que sacó un pollo y una ristra de pañuelos!... y una corneta construida con un tubo de goma, un embudo y una boquilla de trompeta.

También nos trajo un instrumento de percusión africano (hecho por él con cubos, cuerdas...) que recibe varios nombres: tama, lounga, dundun... aunque se conoce también como "el tambor hablador" y se coloca bajo el brazo pudiendo el músico cambiar sutilmente la tensión de las cuerdas y así emitir diferentes tonos.

Por último, formamos una pequeña orquesta, donde algunos de vosotros y vosotras tocasteis algunos ostinatos con diferentes instrumentos: triángulo, crótalos, cajas chinas, címbalo y cuencos tibetanos. Al final, Jonás se disfrazó de monje y dio el último "sonido sagrado" con un gigantesco gong (hecho artesanalmente y afinado por él mismo)

Le agradecemos desde aquí su visita y que todo lo que nos enseñó lo hiciera de una forma amena y divertida. Esperamos
que su presencia se vuelva a repetir en un futuro cercano.

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